¿Cuánto puedes mantener la atención en algo de manera continuada? ¿Cuánto puedes recordar los nombres de las personas que te acaban de presentar? ¿Cuán capaz eres de describir con detalle lo que hiciste esta mañana al salir de casa?
La capacidad de concentrarnos y mantener nuestro foco de atención de forma estable y prolongada es sin duda un factor clave a la hora de volvernos más productivos, efectivos y resolutivos en la vida. Y estas habilidades tienen que ver mucho con nuestros resultados, nuestros logros y éxitos y, en gran medida, nuestro sentido de satisfacción con el aprovechamiento de nuestro tiempo y oportunidades.
La psicología moderna nos habla de la ley de impresión mental predominante. Lo que esta ley nos explica es que nuestra mente no puede realmente atender dos cosas diferentes a la vez. Es por ello que aunque muchos caigamos en la ilusión de la multi-tarea (pretender que resolvemos varias cosas a la vez), la realidad es que acabamos no haciendo bien ninguna de las cosas que hacemos en paralelo.