Es posible que hayas experimentado, como a mí también me sucede, que cuando tenemos muchas tareas delante y nos involucramos en ellas el tiempo parece volar. Miras el reloj y al cabo de lo que percibes como un momento, tu reloj señala que ha pasado ya media hora… o tal vez más! Seguro que también te sorprendes y piensas… ¡cómo pasa el tiempo!
Actualmente hay diversas teorías circulando por la red que indican que el tiempo se está acortando, es decir, la duración de un día actual se ha reducido. No puedo decir mucho acerca de estas teorías pero sí puedo compartir mi experiencia subjetiva, igual a la de muchas personas, de que el tiempo pasa muy rápido, sobre todo cuando estamos en un ritmo de gran actividad.
Mi sensación personal es que la percepción del tiempo está relacionada con la actividad de nuestra mente. Desde una mente acelerada percibimos una aceleración en el tiempo. Y, con seguridad, la aceleración de la mente no nos va a traer nada bueno, aparte de un mayor nivel de estrés e imprecisión en nuestras acciones y decisiones.
Ya desde hace muchos años, me he dado cuenta de que es importante introducir diversas pausas a lo largo del día para tomar conciencia del estado de nuestra mente y monitorizar el nivel de tráfico de nuestros pensamientos. De esta manera podemos ir frenando y desacelerando nuestra actividad mental. Eso nos permite reconectar con un tesoro fundamental para una vida equilibrada: una mente calmada y serena. Y también experimentar una sensación de espaciosidad en la mente.
Por eso, te recomiendo que decidas algunos momentos específicos del día en los que hacer una pausa de uno o dos minutos. Hoy en día dispones de variedad de aplicaciones para los móviles que te avisarán con un gong o algún otro sonido agradable en el momento en que las programes. Actualmente estoy usando una que se llama Medigong, para Android, simplemente le indicas una hora y lo pones en marcha y te avisará con un bonito gong a esa hora.
Cuando hagas la pausa, te recomiendo el siguiente ejercicio:
- Deja todo lo que estés haciendo y siéntate cómodamente.
- Empieza por acompañar con tu atención tu respiración. No hace falta que la relajes, simplemente deja que encuentre su ritmo natural.
- Observa si hay alguna tensión en alguna parte de tu cuerpo y permite que esos músculos se relajen llevando ahí tu atención.
- Deja que tu mente acompañe también la respiración, repitiéndote dos palabras. Piensa “Paz” en el momento de inspirar y “Silencio” en el momento de espirar. Esta es una manera fácil de desacelerar tu mente, dejando que esté ocupada con estas dos palabras, que te ayudan a recordar dos cualidades muy beneficiosas.
Por propia experiencia te puedo decir que esta práctica gana mucha efectividad cuando repites algo con tu mente, eso tiene el efecto de ponerle un freno a la expansión descontrolada de pensamientos que a veces se produce.
Cuando hayas terminado la pausa notarás que te sientes más centrado y calmado y que tu mente se ha oxigenado y refrescado. Te sentirás con mejor predisposición para continuar con tus tareas y actividades.
Te animo a incluir esta pausa en tu gestión personal del tiempo y a disfrutar de sus maravillosos efectos, podrás comprobar que realmente marca una diferencia!
Maria Jose Garcia Mihalic says
Gracias Guillermo,
Fantastica «medicina» para los tiempos que corren.
Estas haciendo una labor fantastica. Un grato ejemplo a seguir ,…como hacer de tu profesión el mejor servicio .!
Enhorabuena.
manuel says
Gracias Guillermo,
a veces es difícil echar el freno,
un saludo
Mª Luisa says
Hola Guillermo
Hoy he visitado a una persona enferma mentalmente con la que he tenido mucha relación y el contacto con él me ha producido, como otras veces, un intenso dolor y angustia.
Cuando volvía a casa en el coche quería llorar y dar rienda suelta a la desesperación. Pero me he acordado del ejercicio de inspirar paz y expirar silencio y lo he empezado a practicar. Al principio seguía igual, incluso me costaba y pensaba si sería peor el no dejar fluir la tristeza, pero he mantenido mi pensamiento al compás de la respiración: paz y silencio y cuando llegaba a casa pasado un tiempo, eso era lo experimentaba: paz y silencio y estaba bien, aceptando la situación.
Gracias por compartir tu sabiduría con nosotros de forma tan generosa. Hoy para mi ha sido una gran ayuda. Seguiré practicando
Un abrazo
Mª Luisa
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias por compartir M. Luisa y sobre todo, me alegro de que te haya ayudado y servido!
Elizabeth says
Muy interesante. Me parece muy efectiva la práctica que propones de inspirar con paz y exhalar con silencio…
También he comprobado que a medida que disminuyes la velocidad de los pensamientos y llegas a parar la mente y concentrarla, la noción del tiempo, tal y como la entendemos, desaparece y empiezas a disfrutar de la quietud del eterno presente, además haces menos esfuerzos y obtienes mejores resultados….
Una práctica que estoy realizando últimamente y que me ayuda a estar presente es vincular todo lo que sucede en mi vida con mi propósito, sin pensar en ello, simplemente estar atenta a captar los flashes del momento como toques, luces que te abren la conciencia. Como clics internos que te hacen darte cuenta si vas alineada o desviada de tu meta y objetivo.. Felicidades por el artículo y por compartirlo.
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Eli por compartir tus experiencias
Beti Sapiña says
Gracias Guillermo realmente fácil ahora viene nuestro reto y es hacerlo y sentir sus beneficios
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Beti, sí, hay que incorporarlo en la práctica para disfrutar los beneficios
Soledad Muñoz says
Gracias por tu aportación en con seguir un poco de paz y silencio .
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Soledad
F.Peña says
FANTASTICA HERRAMIENTA….GRACIAS!!!
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias
Rosa says
Gracias por tu regalo
Patricia says
Hace poco tuve un sueño…En él se me decía que el tiempo no existe,es sólo una ilusión.Y que al reloj de la vida le da igual el tiempo,porque la vida te traerá las mismas situaciones,una y otra vez. Las mismas situaciones escondidas con diferentes personajes ó contextos vendrán, hasta obtener el aprendizaje que encierran, y da igual si tienes 50 ,80 años… Yo aunque lo siento como en el sueño,añoro un día de 48 horas. Vivimos en la ilusión colectiva del «tiempo»,como algo real,y ahí comienza nuestro estrés. Gracias Guillermo porque me inspiras a pararme y me devuelves un presente lleno de Paz .
Un fuerte abrazo
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Patricia!
araceli guzman rincon says
gracias por cooperar con la paz del ser humano
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Araceli por tu comentario apreciativo
victoria says
cuanta generosidad,que importante vuestra labor,muchisimas gracias por todo lo que compartis sois un ejemplo para mi
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Victoria