Mindfulness
¿Cuántas veces has sentido la insatisfacción que produce el estar disperso, estar desconcertado, con la mente divagando hacia diferentes lugares?
La tendencia actual es estar mentalmente en mil sitios diferentes, pocas veces estamos donde tenemos que estar. Nuestra mente es capaz de viajar al pasado o al futuro, pero permanece poco en el presente.
El único momento real es el “ahora”, este momento, tal y como es. Vivir la vida plenamente es tomar conciencia momento a momento, no solo de lo que pasa a mi alrededor sino de cómo lo vivo, cómo me siento cuando lo vivo y cuál es mi experiencia interior en ese momento.
Mindfulness es un entrenamiento mental que te ayuda a enfocar la atención en el momento presente. Te permite, con práctica, apreciar completamente cada instante de tu vida tal y como se te presenta.
Mindfulness entrena la atención, la atención es como un foco, allí donde enfocas tu atención, en esa dirección enfocas tu energía y el objeto enfocado se convierte para ti en lo que denominamos “realidad”. Podríamos decir que tu realidad es aquello a lo que prestas atención, y por tanto le das vida. Detrás de la atención viene la mente y construye una historia, un diálogo, y esa historia crea tu experiencia, la sensación emocional, de placer o dolor. En realidad no es lo que pasa lo que crea tu respuesta emocional, sino donde enfocas tu atención y la interpretación que haces de ello, lo que genera tu experiencia. Por eso dos o más personas que se encuentren en la misma situación la viven de formas distintas, debido a que su atención y su posterior diálogo se ha enfocado en diferentes direcciones.
Mindfulness es el entrenamiento de tu atención para que seas capaz de observar sin emitir juicios, aprendas a ser el observador y respondas desde la calma y la serenidad en lugar de reaccionar emocionalmente.
Mindfulness también te ayuda a desarrollar la atención sobre la atención o meta-atención, es decir, a darte cuenta de cuándo se desconecta tu atención, se dispersa, y a aprender a enfocarla de nuevo. Lo importante no es que la atención se disperse, algo que es bastante común, sino en lo rápido que te das cuenta y la devuelves al momento presente.
El hecho de estar presente, me ayuda a pensar menos, como consecuencia emerge una experiencia de calma, claridad, y poco a poco una sensación de serena felicidad.
Tengo una buena noticia para ti; no importa la edad, la atención siempre se puede entrenar y mejorar. No es fácil, no es difícil, como para todo en la vida, se necesita práctica, práctica y más práctica.
¿Te animas?