Compararse con los demás se convierte casi en un hábito inconsciente en el que muchos caemos prácticamente sin darnos cuenta.
¿Qué hay detrás de compararnos con otros? Realmente, si fuera para inspirarnos y mejorar como personas, no sería ningún problema. Sin embargo, en general, la realidad es que cuando nos comparamos, de alguna manera cambiamos el sentimiento de valía hacia nosotros mismos.
Es decir, si la comparación es descendente, es decir, la persona con la que me comparo tiene menos éxito o logros, el sentimiento se vuelve favorable.
Sin embargo, cuando la persona con la que nos comparamos aparenta brillar más, se la ve más feliz y realizada, recibe lo que percibimos como una mayor consideración y respeto por parte de los demás… entonces la cosa cambia. A veces, vemos que nuestro sentimiento de valía disminuye así como la propia autoestima.
Es como si usáramos a los demás como indicadores de nuestro grado de valía. Y ahí está el craso error. ¿Cómo podemos solucionarlo?
La clave está en comprender un sencillo pero profundo principio de la vida: Soy un ser único y mi papel y mi contribución en este juego de la vida también son únicos.
De este modo, el foco dirigido hacia los demás como referentes sobre los que medir mi valía cambia. El foco ahora se dirige hacia mi propio ser. Y ahora sí que está en mis manos aumentar el sentimiento de valía.
Si mi papel y contribución son únicos, la base de mi sentimiento de valía se centra en cuánto me conozco a mí mismo y cuánto desarrollo y aprovecho todos mis recursos y talentos personales.
Entonces entendemos y experimentamos que no se trata de compararse con nadie, la clave para sentirme bien conmigo mismo radica en conocerme mejor y verificar que mi contribución al juego de la vida sea la óptima que puedo ofrecer, que esté realmente alineado con mis valores más profundos y con mi propósito de vida.
Y, por tanto, es un tema a desarrollar y fortalecer en nuestro interior. Mirar a los demás y compararnos con los demás no hace sino alejarnos de la verdadera satisfacción que viene de alinearnos con nuestra verdadera esencia y vivir y actuar desde ahí.
Barak says
Muy sutil Guillermo. Asi pues por lo aprendido. Compararse vendria a ser como sentarse en una mecedora, te entretiene pero no te lleva a ningun lado.
Gracias por el post.
Tu amigo Barak
Enrique Simó Kadletz says
Gracias Barak, bueno, a veces incluso peor que la mecedora, te genera pobres sentimientos acerca de ti mismo. Te ves menos de lo que eres, tal es la trampa!
Elizabeth says
Gracias Guillermo por tocar este tema tan común hoy en día y considero que es muy importante resolver cuanto antes para alcanzar el bienestar individual y grupal. Creo que necesitamos bastante entrenamiento en la atención y la meditación para mantener esa conexión con nuestras virtudes y sentirnos valiosos en base a ellas y no tanto en base a nuestros papeles externos en la vida. La realidad es que el paradigma tan materialista y competitivo no ayuda mucho y la fuerza del mundo añadida a nuestros viejos hábitos del pasado hace que nos desconectemos de nuestro ser puro y verdadero una y otra vez. Cuando te crees que lo has conseguido, caes otra vez y te das cuenta de que hay que practicar y practicar muchísimo hasta que un día, el hábito de ser lo que eres seguro que se hará firme y natural. La verdad es que tu libro- Arquitectura de la Calma- es excelente y hay varios apartados en los que de una manera u otra se trata este tema. Muchas gracias por compartir.
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Eli, por tus comentarios, es verdad que el proceso de transformación interior es realmente un viaje que requiere mucha perseverancia… pero es un viaje fascinante
Andrea says
Si perseverancia Paciencia coraje determinación amor
atenta mente says
Gracias Andrea
Fernanda says
De Osho, The sun rises in the evening, cap 4.
«¿Te han dicho alguna vez que el bambú es más hermoso que el roble, o que el roble es más valioso que el bambú? ¿Piensas que al roble le hubiera gustado tener un interior vacío como el del bambú? ¿Tiene celos el bambú del roble porque es más grande y sus hojas cambian de color en el otoño?
La forma de encontrar quienes somos no consiste en que nos comparemos con otros, sino en tratar de ver si estamos realizando nuestro propio potencial de la mejor manera que sabemos.
Una brizna de hierba es tan necesaria como la estrella más grande. Sin la brizna de hierba, Dios será menos de lo que es. El canto del cuco hace tanta falta!! El mundo será menos rico si el cuclillo desaparece.
Todo es necesario y cada cosa encaja en el conjunto.»
Saluditos!!
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Fernanda, muy adecuado tu comentario para este tema de compararnos
PATRICIA says
A veces las personas cambian de actitud de la noche a la mañana, hacia ti, y tu no sabes porqué. Es como si en el fondo algo les molestara, y no pueden evitarlo.
Hoy tenía estos pensamientos que me estaban poniendo algo triste ,y acabo de leer la respuesta que necesitaba,
Muchas Gracias, Guillermo
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Patricia, me alegro de que te haya sido de ayuda.
angeles says
Gracias Guillermo, dime la decision sobre amiga cristina, por mi y por ella¡¡¡ besin solidario . Para nada compararnos xque nos damos dolor, lo mas bello aprender de lo que nos admira y pedir ayuda pa que nos enseñen el camino¡¡¡
Antonio says
Por fortuna hace tiempo que no me suelo comparar con nadie, porque entiendo que cada uno tiene sus propios valores, cualidades, e infinitos tesoros. Lo que si suelo hacer, es incorporar a mi vida alguna virtud o cualidad de algún ser querido que nos abandona, para perpetuar su recuerdo. Siempre y cuando esta virtud sume a mi bagaje como ser individual y pueda reforzar con ello alguna cualidad personal.
De todas formas gracias por vuestros comentarios.
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Antonio, sin duda lo que comentas es un paso más adelante todavía… tomar lo mejor de todos, es lo opuesto a compararse. Gracias!
Araceli says
Compararnos, es un condicionamiento impuesto desde la infancia…….. ciertamente, creo que la única forma de eliminar esta pauta de tu vida, es la individualidad, desde la fortaleza de tu interior….. y lo difícil de todo ello, es que no puedes culpar a nadie, ya que es solo tuya la elección.. y el trabajo…. a mí me está ayudando muchísimo la meditación…… muchas gracias
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Araceli, en efecto, cuidarnos y fortalecernos es la manera de honrar esa singularidad única con la que contribuimos al mundo. Y la meditación es esencial, sin duda.
Angeline says
Gracias por el post. Me gustan mucho los temas que tratan, pues son muy específicos y resulta muy fácil a la hora de entender y poner en practica las enseñanzas.
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Angeline. Sí, queremos que sean temas específicos para así poderlos trabajar de una forma práctica.
Andrea says
Cierto Hemos aprendido a «medir» ,nuestro valor en relación a referencias externas: lo que opinan los demas, las posesiones, los roles, nuestro cuerpo, posición etc…Lo que me quedo reflexionando es sobre el arte de despertar explorar descubrir tu especialidad, tu singularidad A veces nos confundimos …. requiere foco atención y claridad de propósito y eso no lo veo tan sencillo Gracias a todos por sus aportes y sabiduría
Guillermo Simó Kadletz says
Gracias Andrea, creo que una forma de hacer eso, descubrir tu especialidad y singularidad es dedicar tiempo a estar contigo misma, conocerte mejor, en esto nos ayuda la meditación y estar atenta a qué es lo que aportas de manera natural que es algo beneficioso, da felicidad y contribuye positivamente al mundo… tal vez descubras que no tienes una sino muchas especialidades!